29 de julio de 2012

Valderredible y La Lora

La jornada de hoy la dediqué a la observación de fauna en el municipio cántabro de Valderredible y en el contiguo Páramo de La Lora, en su vertiente burgalesa. Valderredible es el municipio más extenso de Cantabria y también el situado más al sur, en una zona de transición entre la región atlántica y mediterránea. Es por ello que su riqueza botánica y faunística es muy importante, así lo atestigua la completa jornada de campo que pude disfrutar hoy.

Desgraciadamente toda esta biodiversidad se encuentra gravemente amenazada, con la futura instalación de numerosos parques eólicos en toda la comarca de Los Valles y alguno ya instalado en el vecino Páramo de La Lora (Burgos).

En el viaje de ida localicé las primeras especies, como un alimoche común Neophron percnopterus en San Vicente de Toranzo, un corzo Capreolus capreolus en el puerto de El Escudo y la sorprendente observación de un rebeco cantábrico Rupicapra pyrenaica parva en el puerto de Carrales (Burgos). Las poblaciones estables más cercanas se localizan a 26 km en línea recta en la Monta Oriental de Cantabria y a 37 km en la Sierra de Híjar (Campoo).

Antes, en Cilleruelo de Bezana, este zorro rojo Vulpes vulpes al acecho de micromamíferos, en un prado recién segado al lado de la carretera nacional. No muy lejos un corzo pastando.








En esta época del año, los prados recién segados atraen a diversos carnívoros, ante la mayor facilidad de capturar micromamíferos y otras presas, desprotegidas ante la pérdida de cobertura herbácea. Un gato montés Felis silvestris también aprovecha esta situación. El ejemplar en cuestión permanece inmóvil en un prado junto al bosque.



No muy lejos, una pareja de aguilucho pálido Circus cyaneus y un bonito macho de alcaudón dorsirrojo Lanius collurio.

Me desplazo a otro sector, donde observo especies forestales como camachuelo común, carbonero garrapinos, escribano soteño o piquituerto común en los bosques naturales y plantaciones de pino silvestre, como es el caso de este piquituerto.




No muy lejos, uno de sus depredadores alados, el gavilán común Accipiter nisus




Y en otra localización, un ejemplar de morfo claro de aguililla calzada Hieraaetus pennatus en vuelo de caza sobre una ladera. 




A lo largo de la mañana observo varios ejemplares de corzo, hembras y machos ya en solitario, excepto una pareja que muestra aún comportamiento de celo.






Al mediodía decido moverme hasta el próximo Páramo de La Lora, en su vertiente burgalesa. Aquí disfruto con aves rapaces como buitre leonado Gyps fulvus, un alimoche común Neoprhon percnopterus, hasta 3 ejemplares de aguililla calzada (todos de morfo claro) y 4 aguiluchos cenizos Circus pygargus un bonito ejemplar melánico, una hembra, un macho subadulto y un macho adulto. También 2 mochuelos comunes Athene noctua por separado, en sus respectivos posaderos.




Además, un alcaudón meridional Lanius meridionalis, un cuco común Cuculus canorus, una concentración de 70 gorriones chillones Petronia petronia y una perdiz roja Alectoris rufa seguida por cuatro perdigones de tamaño mediano. Y en cuanto a los mamíferos del páramo, una hembra de corzo en un trigal, este confiado macho y dos ejemplares por separado de zorro rojo, como no, en prados recién segados.







Tras comer en el borde del páramo, con una extraordinaria panorámica sobre el valle de Valderredible,  regreso a Cantabria y me desplazo hasta un sector forestal, donde observo en vuelo rapaces como buitre leonado, un alimoche común, un azor común Accipiter gentilis, un macho de aguilucho pálido y hasta 4 ejemplares diferentes de abejero europeo Pernis apivorus uno de morfo oscuro y el resto intermedios o claros.




La sorpresa de la jornada, la observación de al menos 2 ejemplares (seguramente hubiera alguno más) de golondrina daúrica Hirundo daurica, una especie con muy pocos registros en Cantabria, aunque hace unos años ya observé varios ejemplares también en Valderredible en primavera. También pude localizar una paloma zurita Columba oenas otra especie muy rara en Cantabria, especialmente durante el período estival.

A eso de las 16 h, tras una jornada repleta de observaciones, decido regresar a casa, con una última observación ya desde el coche, de una culebrera europea Circaetus gallicus cerniéndose y un macho de aguilucho pálido.

22 de julio de 2012

Saja-Besaya

Ayer 21.07.12 pasé la mañana y primera mitad de la tarde por el Parque Natural Saja-Besaya. Anduve rastreando por uno de los sectores habituales para el lobo ibérico Canis lupus signatus,  encontrando algunos indicios aunque escasos, de 1-2 ejemplares, por lo que no parecen estar criando en la zona, como hicieran en el año 2006.

Por la mañana a primeras horas, varios grupos de ciervas Cervus elaphus pastaban en brañas y matorrales.





También una corza Capreolus capreolus dentro de un umbrío hayedo.

A media mañana un grupo de 19 buitres leonados Gyps fulvus sobrevuela un sector deforestado en busca de comida. Les acompaña momentáneamente una pareja de cuervos Corvus corax.








Posteriormente localicé un buitre negro Aegypius monachus volando junto a buitres leonados y una pareja de alimoches comunes Neophron percnopterus

En la misma zona un águila real Aquila chrysaetos adulta, cicleando sobre un valle fluvial y más tarde un ejemplar inmaduro (de 2º año calendario), con buen buche, volando a lo largo del valle fluvial contiguo.

También un milano real Milvus milvus sobrevolando un sector de pastizal y matorral, especie muy escasa en Cantabria durante el período estival. Por su parte, un abejero europeo Pernis apivorus en vuelo sobre un hayedo. 

Para terminar con la avifauna, a lo largo de la mañana varios contactos con verderón serrano Serinus citrinella en un pinar de pino silvestre de repoblación, en un entorno de hayedos. Observaciones de 12, 10, 4, 3, 2 y 1 ejemplar.

A media tarde un zorro rojo Vulpes vulpes busca comida en un pastizal. 





Y por último, otro alimoche común en otro sector, sobrevolando un entorno con ganado.



15 de julio de 2012

Liébana

Ayer sábado 14 de julio anduve por la comarca de Liébana, nuestra joya de la corona. Como siempre no defraudó y resultó una jornada de campo muy completa.

Dejo el coche a eso de las 9h y empiezo a caminar por un sector de prados y matorral, por encima del límite forestal de las hayas y abedules. Estaba observando una familia de verderón serrano Serinus citrinella (6 ejemplares), cuando veo de fondo un bicho que se agazapa, ocultándose en la hierba alta que presentan ahora las praderías. Miro con los prismáticos y la cabeza le delata, un gato montés Felis silvestris.





Sigo caminando por la pista y cuando ya estoy a su altura, sale corriendo velozmente prado abajo, hasta perderle de vista en un escobal.




Prosigo con mi marcha, en el borde del camino levanto dos codornices comunes Coturnix coturnix, mientras un tercer ejemplar canta en otro sector contiguo. Cruzo un arroyo y empiezo a subir ladera arriba. Aquí localizo el rastro reciente de un ejemplar de lobo ibérico Canis lupus signatus, en un lugar de movimiento habitual para un grupo familiar que conozco en la zona desde 2008.

Un poco más arriba, atravesando una mata densa de roble cantábrico, escucho un ruido junto al camino. Me detengo y localizo una marta Martes martes que desaparece rápidamente entre la densa vegetación.

Llego hasta un cordal elevado, que me sirve de oteadero. Desde aquí detecto la presencia de aves rapaces como culebrera europea Circaetus gallicus, buitres leonados Gyps fulvus o abejero europeo Pernis apivorus





Y como no suele faltar en la zona, el águila real Aquila chrysaetos. En este lugar convergen tres territorios de tres parejas de esta especie. A lo largo de la mañana tuve ocho contactos con la especie y otro más por la tarde. Tres de ellos gracias al aviso de los cuervos Corvus corax que odian a esta gran rapaz. 

Con las fotos he podido individualizar los ejemplares, habiendo observado un mínimo de 6 ejemplares en estas 8 observaciones, 2 parejas por separado (una por la mañana y otra por la tarde) y 2 ejemplares inmaduros por separado y observados en una ocasión volando juntos unos instantes. A continuación un par de imágenes de uno de los inmaduros.





La jornada también fue pródiga en la observación de verderones serranos. Localicé la especie en 4 puntos diferentes. Primero un juvenil solitario en matorral supraforestal, luego un grupo familiar de 6 aves  en pradería por encima del límite superior forestal, otro grupo familiar de al menos 5 ejemplares también en pradería con rocas y por último 2 aves más posadas en abedules, en el límite superior del bosque.





Detecto más excrementos de lobo, hasta ocho más, en un sendero de tránsito habitual para la especie. La mayoría son antiguos. Además del gato montés y la marta, observo varios grupos de ciervas Cervus elaphus, un par de corzos Capreolus capreolus por separado en el bosque, un rebeco cantábrico Rupicapra pyrenaica parva en las cumbres, un ardilla roja Sciurus vulgaris y ya por la tarde, un jabalí Sus scrofa en un claro del bosque y el matorral.

Un picamaderos negro Dryocopus martius reclama ladera abajo, dentro del hayedo y 2 acentores alpinos   Prunella collaris persiguiéndose y reclamando en vuelo. Bisbita alpino, agateador norteño, escribano cerillo, trepador azul, chova piquigualda y chova piquirroja también se dejan ver por la zona.






También algunos jovenzuelos hacen sus primeras incursiones por el roquedo, el bosque y el matorral, vigilados de cerca por sus progenitores. Como estos pollos de colirrojo tizón, carbonero garrapinos, tarabilla común y acentor común.







Y como broche a la jornada, cuando ya bajaba en coche por la carretera, localizo otro gato montés en un prado junto a la misma, portando una presa en la boca. Había bastante tránsito de coches y algún ciclista, por lo que no tardó en ocultarse en un escobal contiguo.

13 de julio de 2012

Carroñeras

Dos son las especies de aves rapaces carroñeras que pueden observarse con regularidad en la Cordillera Cantábrica, el buitre leonado Gyps fulvus y el alimoche común Neophron percnopterus. El primero es un reproductor sedentario y el segundo una especie de presencia estival, que pasa el invierno al sur del desierto del Sáhara.

Sus poblaciones en Cantabria son relativamente abundantes, con cerca de 500 parejas en el caso del buitre leonado y entorno a las 70 parejas para el alimoche común. Cabe destacar por su singularidad que en el macizo del Monte Candina, en la costa oriental de Cantabria, se asienta la única colonia costera de la especie de toda la península Ibérica y la única de toda Europa con semejantes características, junto con la de la isla de Cres (Croacia).

A estas dos especies se suma la presencia ocasional, aunque anual en los últimos años, del quebrantahuesos Gypaetus barbatus y del buitre negro Aegypius monachus, en ambos casos con observaciones principalmente de ejemplares inmaduros.

A continuación unas imágenes de las dos especies reproductoras en Cantabria, obtenidas ayer en la Cordillera Cantábrica.