31 de octubre de 2011

Atardecer en Pesaguero





29 de octubre, cae la tarde en el valle de Pesaguero. El día ha sido soleado en su mayor parte, aunque fresco y con una ligera helada la noche anterior. El bosque luce sus mejores galas, aunque algunas hayas ya van perdiendo la hoja, seguramente favorecido por los fuertes vientos de componente Sur de días previos.


Las cumbres de Peña Prieta, Curavacas y Picos de Europa ya aparecen teñidas de blanco, primeros presagios del invierno.


Buitres leonados, cuervos, chovas piquigualdas y piquirrojas sobrevuelan las cumbres, mientras un picamaderos negro Dryocopus martius emite su característico reclamo en una cabecera del hayedo.


Va descendiendo el Sol y con él la temperatura. Es la hora de los mamíferos. Varios grupos de ciervo rojo Cervus elaphus se alimentan en los matorrales y pastizales supraforestales, incluidos un macho con su harén. En unas peñas calizas, dos rebecos cantábricos Rupicapra pyrenaica parva buscan comida y protección. Más abajo, en el secreto prado en el hayedo, un gato montés Felis silvestris vigila su territorio de caza, paciente en busca de alguna presa despistada, atareada en estas fechas otoñales en llenar de comida su despensa invernal.


Así cae la noche en la Cordillera Cantábrica, entre reclamos de arrendajo, petirrojos y mirlos, que dan paso al ulular del cárabo común.

17 de octubre de 2011

Otoño en Liébana


Este pasado fin de semana estuve con mi padre, Alejandro García Cos, por tierras de Liébana. Subimos el viernes por la tarde y bajamos el domingo al mediodía. Aunque hay una importante sequía, el paisaje forestal se está poniendo ya espectacular, especialmente los abedulares y arandaneras.

Ascendemos ladera arriba, hacia el refugio donde vamos a pernoctar. En el borde de un claro en el hayedo, nos topamos con la huella del oso pardo Ursus arctos por el tamaño un ejemplar subadulto o hembra, en un lugar de paso habitual para la especie en esta época del año.


Ciervos Cervus elaphus y rebecos Rupicapra pyrenaica parva se activan con el ocaso del día. Queda una noche rasa, muy estrellada y con mucha luz por una soberbia Luna. El ulular del cárabo común Strix aluco ladera abajo rompe el silencio de la noche.





Amanece un día despejado en las cumbres. Ciervos, rebecos y corzos Capreolus capreolus vuelven a ser protagonistas. Los gorriones alpinos Montifringilla nivalis ya se van agrupando y desplazando por las cumbres, donde observamos un bando de una veintena de aves primero en vuelo y luego posados en una cumbre a 1.900 m.s.n.m.



Un joven águila real Aquila chrysaetos pasa volando por encima de la cabaña, perseguido por dos cuervos Corvus corax.


Por la tarde toca ascensión a la cumbre del Coriscau (2.234 m) después de haber reposado un poco la comida. Allí arriba únicamente aparecen aves como el colirrojo tizón, alondra común, buitre leonado, chova piquigualda y collalba gris. De esta última especie un ejemplar junto a la cumbre, seguramente en paso procedente de las regiones árticas. En cuanto a los mamíferos, tres jóvenes machos de rebeco se muestran confiados. Además, las galerías delatan la presencia del neverón o topillo nival y un excremento de Martes sp. (me inclino por garduña) a casi 2.000 m.s.n.m.





Cae de nuevo la noche y nos recogemos en el refugio a descansar y reponer fuerzas.


Amanece otro día soleado, aunque algo más frío. Los ciervos están un poco más activos, berrando más que el día anterior, en lo que son ya los últimos ecos de la berrea. Vemos varios machos acompañados de entre 3 y 5 hembras.




Desde media mañana están muy activos los túrdidos. Vemos frecuentes mirlos capiblancos Turdus torquatus ahora en paso migratorio desde el Norte de Europa. Localizamos ejemplares solitarios y pequeños grupos alimentándose en matorrales supraforestales, entre los 1.500 y 1.700 m.s.n.m. A veces asociados a zorzales charlos (los más frecuentes), zorzales comunes y los primeros zorzales alirrojos de la temporada, alimentándose todos ellos de los frutos del mostajo Sorbus aria.


También hay movimiento de otras aves como bisbitas comunes, palomas torcaces, pinzones vulgares o un grupo de 5 lúganos.


Y con tanta ave, hacen acto de presencia las rapaces ornitófagas, así primero un halcón peregrino Falco peregrinus y luego un macho de gavilán común Accipiter nisus intentan capturar sin éxito algún zorzal.


Y más arriba, sobrevolando las cumbres, una pareja de águila real que pone el broche a la jornada, donde tampoco falta la herpetofauna con especies como rana bermeja, sapo partero común y lagartija serrana.


En definitiva, un maravilloso fin de semana en una comarca espectacular y en buena compañía.

11 de octubre de 2011

Liébana






El pasado día 9 de octubre anduve pateando el monte por tierras de Liébana, atravesando hayedos, pastizales y matorrales supraforestales. Aunque al amanecer había algo de niebla en algunos sectores, rápidamente el Sol hizo acto de presencia, quedando un día casi veraniego.


Tuve oportunidad de observar algunas aves forestales y de montaña, típicas de la comarca. Así, un picamaderos negro Dryocopus martius apareció en el hayedo, moviéndose entre las hayas y reclamando en vuelo y posado. Carboneros palustres y garrapinos, camachuelos comunes o pitos reales fueron algunas de las especies observadas en el ámbito forestal.


Un águila real Aquila chrysaetos permanecía impasible en lo alto del roquedo calizo. Al levantar el vuelo es acosada por los córvidos que se mueven por el entorno. Buitres leonados Gyps fulvus y un halcón peregrino Falco peregrinus completan el panorama de las rapaces rupícolas.


En cuanto a los mamíferos, destacar la observación de un macho adulto de rebeco cantábrico Rupicapra pyrenaica parva al que sorprendí moviéndose entre un roquedo y otro y que tras observarme y emitir su típica voz de alarma, se alejo de mi posición. En el brezal, un grupo de ciervos Cervus elaphus entre ellos un magnífico macho. Se escuchan al amanecer los últimos coletazos de la berrea.


Por su parte, un zorro rojo Vulpes vulpes anda al acecho de micromamíferos en un pastizal y una liebre del piornal Lepus castroviejoi es asustada por un vaca, que pasó junto a su encame, aunque realmente, no se cual de las dos se asustó más.


Rastros de lobo ibérico Canis lupus signatus y oso pardo Ursus arctos completan la jornada en este impresionante rincón de la Cordillera Cantábrica.


1 de octubre de 2011

Berrea en Campoo

Ayer por la tarde subí a Campoo a ver la berrea del ciervo rojo Cervus elaphus. Nada más llegar me encontré con Manuel Estébanez, con el que estuve compartiendo observaciones.


En la ladera opuesta berraba este macho rodeado de su harén, que no perdía ojo de sus hembras ante la proximidad de un macho más joven.










Un poco más arriba se encontraba este magnífico macho, también acompañado de su harén y que no perdía tiempo en expulsar del entorno a dos jóvenes machos que andaban merodeando.





Ladera arriba, ya en las cumbres, un grupo de rebecos cantábricos Rupicapra pyrenaica parva se alimenta no muy lejos de un grupo de ciervas. Los buitres leonados Gyps fulvus patrullan las cumbres y las collalbas grises Oenanthe oenanthe se dejan ver aún en paso migratorio.



Cae la noche, me despido de Manu y decido ir a Cabuérniga, para seguir escuchando a los ciervos. una parada en el puerto de Palombera, mirando hacia el Queriendo y de allí a la divisoria Cabuérniga-Tudanca, donde los ciervos berraban con intensidad. De camino una liebre europea Lepus europaeus se cruza en la pista.