19 de febrero de 2011

Cormoranes



Odiados por unos, admirados por otros, los cormoranes son de esas especies que no causan indiferencia. Los pescadores les acusan de ser poco menos que una plaga, que acaban con la pesca y en el caso de los ríos, de ser la causa de extinción de nuestro salmón atlántico Salmo salar, algo de lo que personalmente discrepo al ver el estado que presentan nuestros ríos, contaminados, agredidos con presas y escolleras, sin una buena cobertura de bosques de ribera... todo ello en un contexto de cambio climático, que también parece afectar a la especie.
En la región Cantábrica contamos con la presencia de dos especies de cormorán, el cormorán moñudo Phalacrocorax aristotelis (en las fotos adulto e inmaduro) y el cormorán grande Phalacrocorax carbo.

El primero de ellos es residente en el área, reproduciéndose en islotes y acantilados marinos y entrando rara vez en estuarios y bahías, siempre en las bocanas de estos y en el entorno de los puertos pesqueros. En Cantabria el cormorán moñudo es una especie protegida, incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas y con una población reproductora que no llega al centenar de parejas. Estos días de febrero ya se ve a los adultos luciendo su plumaje nupcial, con su llamativo tupé en la cabeza.

Por su parte, el cormorán grande se comporta como especie principalmente invernante, no habiéndose constatado ningún caso de reproducción hasta la fecha en nuestra región. Los ejemplares que aquí vemos tienen sus áreas de cría en el norte de Europa, en países como Dinamarca o Alemania. Habita principalmente en estuarios y bahías, aunque también puede verse en menor número en algunos tramos de río y en embalses. Suele formar dormideros en árboles e islotes.

A continuación os dejo una secuencia de pesca de un cormorán grande en el estuario del Asón.




11 de febrero de 2011

Campoo de Suso-Brañosera


Amanece en los límites administrativos de Cantabria y Palencia. Con las primeras luces un Gato montés Felis silvestris se mueve por la cuneta de la carretera. Disminuyo la velocidad y paro a su lado, se gira y finalmente se oculta en el matorral.

Va aumentando la luz, cielo despejado y un flojo viento del Sur, aunque frío, que peina las escobas.

Varios grupos de Ciervas Cervus elaphus pastan en las brañas, al igual que un solitario macho. Los Buitres leonados Gyps fulvus empiezan a patrullar en el cielo, mientras un Azor común Accipiter gentilis va ascendiendo desde el fondo de la valleja. Cerca de mi posición un Zorzal real Turdus pilaris emite su característico reclamo, posado en una roca en el matorral.

En otra ladera se mueven conjuntamente un Halcón peregrino Falco peregrinus y un Milano real Milvus milvus. En el río Hijar, una pareja de Mirlos acuáticos Cinclus cinclus en su territorio ponen fin a la breve jornada, a eso de la media mañana.

4 de febrero de 2011

Mamíferos en Polaciones





Hoy anduve de nuevo por el valle de Polaciones, tras los pasos de la fauna cantábrica. Llegué al amanecer, había helado por la noche y había bastante hielo en el camino, que dificultaba los movimientos, por lo que tampoco me desplacé mucho en esta primera parte de la jornada. El día amaneció soleado, llegando incluso a hacer calor al mediodía, ablandándose con ello la nieve, lo cual dificultó a posteriori los movimientos, porque no llevaba las raquetas y me hundía bastante. Aún así me di una vuelta por el hayedo.


Como suele ser habitual en invierno y más aún con nieve, como era el caso de hoy, los mamíferos estaban muy activos durante el día, en busca de alimento. Especialmente los Zorros Vulpes vulpes, que estas semanas últimas andan en celo. Un total de cinco ejemplares llegué a observar. Primero una pareja en un prado nevado al borde del hayedo, posteriormente otra pareja acudiendo a los restos de una carroña, atraídos por los Cuervos Corvus corax, y finalmente un ejemplar solitario dentro del hayedo, observado a escasa distancia, ya que no se percató de mi presencia. La segunda pareja la estuve observando durante un buen rato, la hembra de color rojizo algo más pequeña y el macho de mayor tamaño y más oscuro. Echaban a los Cuervos, cogían algún trozo de comida lo llevaban a enterrar, volvían. En una ocasión dos Cuervos llegaron a perseguir levemente a la hembra, intentando quitarle sin éxito los restos que llevaba en la boca. Al final, la pareja se puso a dormir al Sol, la hembra subida en un muro de piedras y el macho primero en la nieve y luego encima de una roca.

Otro carnívoro observado fue el Gato montés Felis silvestris, un bonito ejemplar tomando el Sol a media mañana, en un claro sin nieve, en la solana. Finamente se ocultó en el matorral.


Entre los herbívoros, frecuentes grupos de Ciervo Cervus elaphus, destacando dos magníficos machos comiendo en una ladera orientada al Sur, otros dos en una cabecera del hayedo y otro grupo de machos jóvenes pastando en otro claro sin nieve. Dos Rebecos Rupicapra pyrenaica parva en las cumbres heladas y nevadas y un Corzo Capreolus capreolus en un claro del bosque. Por último, un grupo de siete Jabalíes Sus scrofa avanzando por el interior del hayedo nevado. La ausencia de hojas en los árboles y la nieve permitían seguir sus movimientos sin problema desde la ladera contigua.


En cuanto a las aves, pequeños grupos de Zorzal alirrojo Turdus iliacus y Pinzón real Fringilla montifringilla, un bando mixto de paseriformes forestales dentro del hayedo, con las cinco especies de páridos, Trepador azul, Camachuelo común y un Agateador norteño Certhia familiaris. También escuché reclamar ladera arriba, un Picamaderos negro Dryocopus martius.


Eso fue todo en esta bella jornada de campo por los montes purriegos.