El Lobo ibérico Canis lupus signatus es un animal que despierta pasiones encontradas en el hombre, a poca gente le deja indiferente. Perseguido y odiado por las gentes del campo, que ven en él un competidor desde tiempos ancestrales, además de una amenaza para sus ganados, en otras ocasiones es un animal mitificado e idolatrado.
Personalmente siempre he tenido una gran admiración por la especie, por su gran adaptación e instinto de supervivencia, que le ha permitido sobrevivir hasta nuestros días, a pesar de la desmesurada persecución que ha sufrido y sigue sufriendo en la actualidad. También por su modo de vida social, por su papel de superdepredador, de regulador incuestionable e insustituible de las poblaciones de herbívoros, o por que no, por su mirada penetrante.
Personalmente siempre he tenido una gran admiración por la especie, por su gran adaptación e instinto de supervivencia, que le ha permitido sobrevivir hasta nuestros días, a pesar de la desmesurada persecución que ha sufrido y sigue sufriendo en la actualidad. También por su modo de vida social, por su papel de superdepredador, de regulador incuestionable e insustituible de las poblaciones de herbívoros, o por que no, por su mirada penetrante.
El Lobo ibérico en Cantabria en general y en el Parque Natural Saja-Besaya en particular, ha vivido tiempos peores. Así, a finales de la década de los 70 estaba prácticamente extinguido de toda la región, únicamente algún ejemplar se adentraba ocasionalmente desde Burgos y Palencia en la comarca de Los Valles, en el sur de Cantabria. En el resto de la región, incluido el Saja-Besaya, la brutal persecución sufrida pudo con él. Cepos, lazos y escopetas nos habían privado de su presencia.
Poco a poco la especie fue regresando y a pesar de haber continuado la persecución, ha ido incrementando poco a poco su población y ampliando su área de distribución por la región. En el Parque Natural Saja-Besaya la historia ha sido la misma, de estar totalmente extinguido a finales de los 70, ha pasado a estar presente a día de hoy por toda la superficie del Parque. Los primeros ejemplares fueron apareciendo en el sur del área protegida, en lugares como Sejos, Palombera o Fuentes. Con el paso de las décadas fueron ampliando sus dominios hacia el norte, con intentos de reproducción cada vez más hacia el norte, aunque algunos de ellos neutralizados por el hombre. Aún así, a pesar incluso de ser considerado especie cinegética y estar permitida su caza en las batidas de Jabalí que se celebran de septiembre a febrero en la Reserva del Saja, además de los controles efectuados por la propia guardería, el Lobo ibérico ha seguido presente y como os decía, hoy en día está distribuido por toda la superficie del Parque Natural.
Durante 2009 estuve siguiendo por mi cuenta las evoluciones de los diferentes grupos y ejemplares presentes dentro del Parque. Por motivos de seguridad para la especie, no voy a desvelar aquí sus movimientos, áreas de cría o similar, pero sí quiero aproximaros a la realidad actual de la especie en el área protegida.
Estuvieron presentes en el Parque al menos un total de 2-3 grupos familiares, a los que hay que sumar algún ejemplar solitario más. En total una población mínima de entre 8 y 10 ejemplares a comienzos de primavera, antes de los partos, distribuida por cuatro sectores diferentes. Por falta de tiempo no puede seguir la evolución de los diferentes grupos y ejemplares durante finales del verano y comienzos del otoño, para conocer el éxito reproductor y la evolución de la población. No obstante, una de las parejas que se reprodujo en el Parque el año pasado, logró sacar adelante al menos tres crías, que aún este pasado invierno acompañaban a sus padres.
Esperemos que esta tendencia positiva de la especie se consolide y el Lobo ibérico pueda seguir ejerciendo su papel de superdepredador, un papel muy necesario en un espacio natural como es el Parque Natural Saja-Besaya, donde las poblaciones de herbívoros, en concreto las de Ciervo rojo, están desproporcionadas, ocasionando una amenaza para la vegetación y otras especies de fauna presentes en la zona.
Mi admiración para el último superviviente, el signatus, y para el narrador, Alejandro, el "Jack London" cántabro. Saludos
ResponderEliminarJaja, gracias Ernesto. Saludos.
ResponderEliminarVaya Blog guapetón que te marcas, chaval! A los que nos encanta la Cordillera nos pones los dientes largos jeje. Un saludete sureño y a seguir bien!
ResponderEliminarGracias Rafa, me alegro que tenga tan buena acogida el blog, incluso por gente de la otra punta de Iberia. Espero seguir en esta línea.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias a la población de Ciervos y sobretodo a la desproporción entre sexos"muchísimas hembras por macho", tenemos y seguiremos teniendo lobos. Aunque se les elimine asiduamente por culpa de las presiones de la inmensa mayoría de los lugareños. Muchos son cazadores y a la vez ganaderos.
ResponderEliminarDani Castañeda.