20 de marzo de 2011

Fin de semana en Liébana


Ayer al mediodía subí a la comarca de Liébana en compañía de la familia, para quedarnos en casa de Máximo, en el pueblo de Dobres, hasta hoy domingo. El tiempo ha sido primaveral y aunque apenas nos movimos del entorno del pueblo, hemos podido disfrutar con algunas especies "estrella" de la cordillera Cantábrica y que en esta impresionante comarca, se pueden ver desde la propia cocina de la casa.

La primera observación de interés fue durante el viaje, en una parada que hicimos en el pueblo de La Hermida, donde además de los buitres leonados Gyps fulvus y las chovas piquirrojas Phyrrocorax phyrrocorax localizamos un ejemplar de culebrera europea Circaetus gallicus, el primero que veo esta temporada.

Ya en Dobres, los buitres leonados, las chovas piquirrojas y una pareja de alimoches Neophron percnopterus sobrevuelan los peñascos del entorno. También los picos medianos Dendrocopos medius están muy activos, estas semanas en pleno período de celo. A lo largo de todo el fin de semana escuchamos constantes cantos y reclamos y esta tarde vimos dos ejemplares en disputa territorial.
Al pequeño Neco le llama la atención la presencia cercana de dos ruidosos arrendajos Graculus glandarius de los que no pierde atención.
Al atardecer localizamos un grupo de tres ciervos Cervus elaphus en una braña alta. Dos de ellos aún llevaban las cuernas, mientras el tercero ya se había desprendido de ellas. También un macho de corzo Capreolus capreolus en un roquedo con brezal.

Finalizamos la jornada cenando con un amigos al calor de la cocina, degustando los productos de la tierra y el buen vino.

Amanece otro día soleado, aunque a un rato se cubre de niebla en las cumbres. Nuevamente los picos medianos reclaman con insistencia. También se escucha cerca de nuestra posición una perdiz roja Alectoris rufa reclamando en el matorral, debajo de unas peñas calizas.



Un grupo de cuatro ciervos rumia en un brezal alto, todos ellos aún con cornamenta a cuestas. Otros dos machos se alimentan en una braña próxima y dos corzas en un claro en el bosque encima del pueblo.

Un media mañana un adulto de águila real Aquila chrysaetos sobrevuela por encima nuestro unas peñas calizas, volando a continuación por encima del robledal y el matorral, acosado por algunos córvidos.
En un huerto dentro del pueblo detectamos un pinzón real Fringilla montifringilla integrado en un pequeño grupo de pinzones vulgares.
A media tarde vamos recogiendo los trastos, abandonando la cordillera y la grata compañía de nuestro amigo Máximo. En la despedida, un pico mediano reclama insistentemente como si también estuviera despidiéndose de nosotros.

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