Con la pandemia de Covid-19, una situación sin precedentes se ha presentado ante nuestra realidad, el confinamiento. Desde el pasado 14 de Marzo la libertad de movimientos ha quedado muy limitada con la declaración del Estado de Alarma, resumida a movimientos de necesidad básica como ir a comprar alimentos o a la farmacia.
En esta nueva y desconocida situación, la observación de la fauna ha quedado limitada al entorno de los domicilios, algo más fácil en aquellos lugares donde existe un entorno natural más o menos conservado. Cierto es que el confinamiento de los humanos ha traído consigo una relajación en la actividad de la fauna silvestre, que en muchos casos se ha vuelto más confiada, ocupando el espacio que ha dejado la prácticamente nula actividad humana.
En mi caso, el confinamiento ha tenido lugar en Puente Viesgo (Cantabria), en un entorno de prados, bosquetes, la ribera del río Pas y pequeños núcleos urbanos. Mamíferos como liebre europea o zorro rojo han sido algunos de los protagonistas, además de aves tan interesantes como buitre leonado, alimoche común, halcón peregrino, águila calzada, azor común, gavilán común, picamaderos negro, pito real, lechuza común, cárabo común o chotacabras europeo. Sin olvidarnos de las mariposas, con una decena de especies registradas en el jardín o la herpetofauna con lagartija roquera, sapo común y sapo partero común.
Lagartija roquera Podarcis muralis
Náyade Celastrina argiolus
A continuación os dejo un vídeo con algunas imágenes de estos últimos días.
Vaya lugar tan maravilloso y cercano a la naturaleza. Un saludo.
ResponderEliminarSí, por aquí hemos llevado un poco mejor el confinamiento. Un saludo.
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