El celo del oso pardo Ursus arctos acontece desde el mes de abril hasta el mes de junio, coincidiendo con la primavera. En esa época las hembras adultas entran en celo y los grandes machos adultos recorren sus amplios territorios en busca de hembras receptivas, dispuestas a aparearse. El ímpetu por transmitir su carga genética lleva incluso a los machos a matar a las pequeñas crías del año, para que su madre vuelva a entrar en celo, en un fenómeno conocido como infanticidio. Algo similar ocurre en otras especies de grandes carnívoros como el león. Estos episodios están bien documentados y de poco servirá a la desesperada madre intentar defender a sus crías del obstinado agresor.
El pasado mes de mayo tuve la fortuna de localizar una pareja de oso pardo en celo, en un monte de la Cordillera Cantábrica. El enorme macho, con un característico collar blanco en la nuca, acompañaba en todo momento a la hembra, mientras se alimentaban en la ladera con vegetación herbácea. La observación, que duró algo más de una hora, concluyó cuando ya dando el Sol en la ladera ambos ejemplares descendieron hacia el bosque, donde se ocultaron.
Gran documento, Alejandro. ¡Menuda envergadura la del macho en comparación con la hembra!
ResponderEliminarDebiste pasar una hora bien entretenida..
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'
Muchas gracias !!. Sí, era un macho enorme. Saludos
EliminarEnhorabuena Alejandro. Debe ser un privilegio poder gravar una escena tan rara de ver como esa.
ResponderEliminarMuchas gracias Gerard. La verdad es que sí lo es, cada observación de la especie siempre es un gran experiencia. Un saludo.
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