Dicen que todas las personas tenemos un rincón mágico, donde estamos agusto y a donde regresamos periódicamente. En mi caso este rincón existe y se encuentra en un sector remoto y solitario de Liébana (Cantabria). Uno de esos tesoros de la naturaleza Cantábrica.
Allí decidí subir el viernes por la tarde hasta este domingo por la mañana, pernoctando las dos noches en una antigua cabaña de pastores.
A media tarde salgo de Vargas rumbo a Liébana. Por el camino, en Castro Cillórigo, un Alimoche común Neophron percnopterus sobrevuela la carretera. Aparco la furgo, cargo la mochila a la espalda y empiezo a subir ladera arriba por el hayedo, caminando durante hora y media por un paraje de ensueño. La niebla está presente a media ladera y ya antes de abandonar el bosque me envuelve con su magia. Antes de dejar atrás el hayedo, 1 Agateador norteño Certhia familiaris se muestra activo en el tronco de un haya.
Llegó a una braña donde localizo un excremento de Lobo ibérico. Las vacas tudancas pastan tranquilas en el claro.
Por fin llegó a la cabaña, aunque la espesa niebla me impide dar una vuelta por el entorno. Me meto en la cabaña, donde habita una familia de Topillo nival Chionomys nivalis. Estos simpáticos animales tienen su morada bajo el camastro de la cabaña y entran y salen por los agujeros de la pared de piedra. Al día siguiente me encontraría una desagradable sorpresa, ya que al marchar al amanecer a ver la fauna, en mi regreso encontré el saco de dormir mordido, con varios agujeros.
La niebla no levanta, así que ceno y me meto al saco.
29.05.2010.
Toda la madrugada ha estado soplando un fuerte viento del SW. Me levanto al amanecer y continúa soplando. Tras desayunar asciendo hasta un collado próximo por donde habitualmente transitan los Lobos. Un grupo familiar que tiene su territorio por este valle y varios valles contiguos y que me ha dado más de una alegría en años anteriores.
Observo los grupos de Rebecos Rupicapra pyrenaica parva pastando en las cumbres, las hembras adultas acompañadas ya de sus pequeñas crías, las cuales da gusto ver corretear por las escarpadas laderas. También los pequeños grupos de Ciervas Cervus elaphus pastan aquí y allá en brañas y matorrales.
Son poco más de las 8 h cuando se acercan las lloviznas por el SW y decido bajar a la cabaña. Pasado un rato, a media mañana, subo hasta otro collado y cabecera de hayedo para rastrear la zona. En esta cabecera de hayedo habitaba el Urogallo cantábrico Tetrao urogallus cantabricus hasta hace pocos años. Hace 10 años tenía controlados aquí al menos 1 macho y 3 hembras, después estuve unos años sin volver por la zona y ya nunca más he vuelto a ver indicios de la especie y mucho menos encontrarme con algún ejemplar apeonando por el suelo del bosque. Eché un breve vistazo al antiguo cantadero, con rastros de Jabalíes de un lado a otro. Una Corza Capreolus capreolus permanece en la zona. Fuera del bosque, dos excrementos de Lobo de hace unos días y compuestos por restos de Jabalí, confirman una vez más lo importante que es esta especie para regular las poblaciones de algunos herbívoros.
Veo un inmaduro de Águila real Aquila chrysaetos sobrevolando la zona, rápidamente es hostigado por una pareja de Chovas piquirrojas Phyrrocorax phyrrocorax. Al fondo del valle, una treintena de Buitres leonados Gyps fulvus dan cuenta del cadáver de un jato. Observando el valle que se abre a sus pies, un soberbio toro tudanco mira imponente sus dominios, es el rey del puertu.
A mediodía sube mi padre y me reencuentro con él en la cabaña. Comemos junto a un pozo, donde hay actividad de la herpetofauna, con especies como Rana bermeja Rana temporaria, Sapo partero común Alytes obstetricans y Lagartija de turbera Zootoca vivipara.
Bisbitas alpinos Anthus spinoletta y Collalbas grises Oenanthe oenanthe están en plenas disputas territoriales.
Una pareja de Culebreras europeas Circaetus gallicus sobrevuelan altas el valle cercano, mientras que volvemos a ver surcar los cielos al inmaduro de Águila real, que nos abandona por el Este.
A media tarde mi padre ya se va. Aún hace calor para ir a buscar fauna, por lo que aprovecho para echar una siesta en la cabaña.
Va cayendo la tarde y subo al collado a echar una visual. Las Ciervas van saliendo del bosque a alimentarse. Un Corzo hace lo mismo en una ladera cubierta de brezos. Un Aguililla calzada Hieraaetus pennatus de fase clara ciclea muy próxima. Va cogiendo altura y un Cernícalo vulgar Falco tinnunculus la acosa repetídamente.
Una hembra de Zorro Vulpes vulpes atraviesa rauda una braña, moviéndose a continuación por el borde del hayedo y brezal, ocultándose en él. No muy lejos, un Jabalí de buen tamaño joca el terreno en un claro de los brezos, escobas y abedules. Es sorprende lo prudentes que se vuelven algunas especies en su actividad diaria, cuando en el entorno hay superdepredadores con poblaciones asentadas. Lo he comprobado todo el fin de semana por ejemplo con las Ciervas, algo que ya me había pasado en otras localidades. Cada paso fuera del bosque, por una ladera descubierta, atravesar un claro o una braña, se hace con mucha precaución, mirando antes de cruzar para ambos lados.
Cae la noche y los murciélagos se alimentan por la zona.
30.05.2010.
Me levanto nuevamente al amanecer y subo hasta el collado por donde suelen pasar los cánidos salvajes. Un Zorro es sorprendido en la zona. Ciervas y Rebecos pastando en estas primeras horas.
Localizo el rastro de un Lobo, en su zona habitual de paso. Ahora andan ya con crías y el grupo se muestra más esquivo.
A eso de las 9 h bajo a la cabaña, recojo la mochila y desciendo ladera abajo hacia el pueblo.