Esta mañana estuve nuevamente por el entorno de la sierra de Peña Labra. Aunque hacia el fondo de los valles el día amanecía oscuro y con nieblas, en las cumbres el cielo estaba despejado, con un impresionante mar de nubes, inmejorable telón de fondo.
Subiendo por la carretera con la furgoneta, me encontré con un Zorro Vulpes vulpes en mitad de la misma. Apareció y desapareció entre la niebla cual fantasma, ocultándose en la vegetación de la orilla.
Me sitúo en un lugar prominente y elevado, para observar la evolución de la fauna en estas primeras horas de luz. Los grupos de Rebecos Rupicapra pyrenaica parva pastan en las proximidades, a veces en compañía de hembras y crías de Ciervo Cervus elaphus, de los que también veo algún macho solitario.
Los Buitres leonados Gyps fulvus están muy activos desde primeras horas, algo que es debido a la presencia del cadáver de una vaca en una pedrera, que atrae la presencia de una veintena de estas carroñeras, que acuden tímidamente al cadáver y se posan en el entorno próximo.
Las Chovas piquirrojas Pyrrhocorax pyrrhocorax son también madrugadoras y realizan sus acrobáticos vuelos por el entorno de la sierra. Por su parte, un macho de Aguilucho pálido Circus cyaneus prospecta los breazales y matorrales subalpinos, a los pies de la sierra.
A media mañana me cambio de posición. Sigo observando pequeños grupos de Rebecos, hembras acompañadas de sus crías del año, de los que grabo algunos videos.
A lo lejos diviso una pareja de Águila real Aquila chrysaetos volando a baja altura por encima de cabeceras de hayedo, brañas y matoralles subalpinos. Poco a poco van cogiendo altura, con el mar de nubes de fondo y por detrás emergiendo las cumbres de los Picos de Europa. En un momento dado la hembra vuela hacia la ladera contigua, posándose en una roca. El macho le sigue, mientras que atrae la atención de un Cernícalo vulgar Falco tinnunculus, que no duda en incordiar a la gran rapaz. Levantan de nuevo el vuelo, para de seguido posarse un poco más arriba, en el suelo. En esta ocasión la que acude es un Aguililla calzada Hieraaetus pennatus de fase oscura, que no duda tampoco en hostigar a la reina de la aves. Nuevamente levantan el vuelo y se posan en el suelo, a escasos metros de un par de Rebecos, que no se alteran con su presencia. Allí permanecería la pareja junta durante largo tiempo, mirando a un lado y otro, inmóviles y acicalándose.
De fondo, la Peña Dobres y la niebla como marco incomparable, mientras 1 Roquero rojo Monticola saxatilis se mueve por unos riscos próximos a mi posición. Bonito broche para cerrar la mañana.
Abajo os dejo unos videos de los Buitres y los Rebecos.