Continuamos con la crónica del reciente viaje a la frontera de Finlandia y Rusia. En esta entrada el protagonista es el urogallo común Tetrao urogallus. La tarde del día 6 de mayo Toño Lastra y yo acudimos a un par de hides a modo de tienda de campaña, ubicados en la taiga. El objetivo era disfrutar con uno de los episodios de la naturaleza más espectaculares, el celo del urogallo, tal y como lo habían hecho David y Virginia el día anterior mientras nosotros estábamos al aguardo del glotón. Y así fue, unas horas de gran emoción y disfrute, con una de las experiencias en la naturaleza más intensas que he vivido. Hay que recordar que allí afortunadamente la especie es abundante y te puedes encontrar habitualmente con ejemplares por caminos y carreteras, tal y como nos pasó en este o en anteriores viajes.
Llegamos al hide en moto de nieve sobre las 17:30 h, permaneciendo en su interior en silencio y sin salir hasta las 7 h del día siguiente. Hasta las 20:50 h no localicé desde mi posición el primer ejemplar, un macho en la copa de un pino comiendo acículas, que finalmente terminó descendiendo al suelo animado por la presencia de otro macho y situándose justo al lado del hide donde me encontraba, cantando tímidamente. La luz no era muy buena por estar dentro del bosque y el cielo muy nublado.
A continuación un vídeo de este primer ejemplar menos excitado.
Con anterioridad un segundo macho había empezado a cantar en el suelo justo al otro lado del hide, en el borde del bosque. Este macho estaba mucho más excitado, cantando con insistencia e incluso exhibiéndose con saltos. La visión era espectacular, propia de un documental. Así se fueron animando mientras caía la noche, hasta escuchar un total de 4 machos simultáneamente. También una hembra se movía por las copas de los árboles, emitiendo su peculiar reclamo. Llegamos a detectar en la zona al menos 4 hembras.
En este otro vídeo se puede ver al segundo macho en todo su esplendor.
Se fue animando de tal manera que decidió ir a por el macho más tímido, que ya se había desplazado bosque abajo. Llegó hasta donde él y se enzarzaron en una intensa pelea durante unos minutos, ocultándose en la espesura del bosque. Terminada la pelea y tras unos minutos de silencio, el macho vencedor regresa a su lugar de canto para continuar con su exhibición, ya con apenas luz, alcanzadas las 23 h. A partir de esa hora aprovecho para descansar un poco, hasta que a las 2:40 h me despierto al escuchar cantar de nuevo a este encelado macho junto a mi posición. Desgraciadamente hay muy poca luz, dentro del bosque y el cielo muy nublado. Finalmente una hora después se pone a llover y el macho deja de cantar desapareciendo en el bosque.
Durante nuestros desplazamientos en la zona por las pistas forestales, nos cruzamos con diferentes ejemplares macho y hembra de urogallo, a los que les gusta salir a los caminos del bosque en busca de piedrecillas para favorecer su digestión. También pudimos ver otras galliformes como gallo lira-común y grévol. El último día, conduciendo por la carretera de Kuhmo a Kaajani nos topamos con una hembra de urogallo en la orilla de la carretera con una actitud muy curiosa, imitando a un macho cantando, con la cola en abanico, la cabeza levantada y las plumas de la garganta erizadas. Finalmente la tuvimos que espantar dado que el paso de vehículos por la carretera, a punto estuvo de acabar en tragedia para ella.
Hembra de urogallo en una pista forestal
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