El oso pardo Ursus arctos es una de las especies más emblemáticas de nuestra fauna y también de las más amenazadas, debido a la pérdida de hábitat de calidad para la especie y a la persecución que sufrió en tiempos pasados.
Es una especie de hábitos forestales (bosques boreales, caducifolios...) aunque en la Península Ibérica está asociado a regiones de montaña, debido también a que son los lugares mejor conservados dada su inaccesibilidad.
Se distribuye por buena parte de región Holártica, es decir, Eurasia y Norteamérica. En Europa se distribuye principalmente por los países del Este, siendo muy escasas y fragmentadas las poblaciones del Oeste, teniendo en los bosques boreales de Rusia su principal reducto.
En Iberia hace tiempo que esta especie quedó relegada a la Cordillera Cantábrica y en menor medida a los Pirineos, donde la especie estuvo a punto de desaparecer en tiempos recientes y fue necesario introducir ejemplares eslovenos (los más afines genéticamente), para reforzar la exigua población superviviente. Actualmente sobreviven allí una veintena de ejemplares.
En la Cordillera Cantábrica la especie quedó hace décadas aislada en dos poblaciones (occidental y oriental), aunque afortunadamente estas poblaciones han contactado en tiempos muy recientes, habiéndose registrado al menos un caso de reproducción (probablemente dos) entre machos de la zona occidental y hembras del sector oriental. Por ello, actualmente se habla de una única población dividida en dos sectores. Esta población está entorno a los 200 ejemplares.
El sector occidental, que se distribuye por buena parte del Suroeste de Asturias (Somiedo, Cangas del Narcea o Degaña), Noroeste de León (Alto Sil) y áreas limítrofes de Galicia (Ancares de Lugo) es el más abundante y el que ha mostrado una mayor expansión poblacional en los últimos tiempos. El número de osas con crías ha ido aumentando paulatinamente, hasta alcanzarse el récord de 18 hembras con crías en el año 2007.
Por su parte, la población del sector oriental de la Cordillera Cantábrica se distribuye principalmente por la Montaña Palentina y Cantabria (Liébana, Polaciones y Campoo), con algunos ejemplares, prácticamente todos machos, en la zona de Riaño, llegando al Sureste de Asturias de manera ocasional. Esta población sigue un ritmo mucho más lento de recuperación, después del mínimo histórico en la década de los 90 y actualmente hay entre 30 y 40 ejemplares, con una presencia anual de osas con crías de entre 2 y 3.
En el caso de Cantabria, la expansión poblacional y de distribución de la especie, es un hecho contrastado en las dos últimas décadas, con una mayor presencia en áreas como Liébana, Polaciones o Campoo, con movimientos de dispersión hacia otros lugares como Valderredible o Rionansa. En algunos momentos del año, principalmente en otoños de gran abundancia de comida en los montes cántabros, llegan a juntarse aquí más de la mitad de toda la población osera del sector oriental.
Esperemos que esta tendencia se consolide y la especie siga recuperándose, para que los montes Cantábricos no pierdan uno más de sus tesoros y el caminar por los senderos del bosque siga teniendo ese toque misterioso y salvaje, reflejado en la huella del oso, marcada en el barro del camino.
Fotografías y videos: Alejandro García Herrera.
Fotos y video de osos en la taiga: frontera de Finlandia y Rusia.
Resto de fotos: Cordillera Cantábrica.
Tiene que ser impresionante y una experiencia única ver a los grandes osos de los bosques boreales.
ResponderEliminarUna gran entrada que los amantes de estos mamíferos valoramos enormemente.
Saludos
Muy interesante, no sabía que se hubiésen unido las poblaciones cantábricas, excelente noticia.
ResponderEliminarTodavía no he visto el Oso pardo por nuestros montes -sí las huellas y las cacas- pero no desespero je,je.
Saludos
Pues sí Vilas, realmente es una experiencia única ver esta especie en ese mágico entorno boreal. Ernesto, no te quejes, que nos estás poniendo los dientes muy largos con esas fotos de Tanzania, jeje. Saludos a los dos.
ResponderEliminarEstuve unos veranos obsesionado con verlo,subí tres veces a Asturias,a la reserva de Muniellos,a Villar de Vildas, me maté andando incluso por zonas restringidas...solo unos magníficos excrementos llenos de arándanos, pero nada más pensar que había estado por allí me dejó impresionadísimo. Preciosas fotos de ese "zubiético" en la taiga. Saludos
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