20 de marzo de 2016

Querencia por su territorio

Algunas especies muestran una gran querencia por sus lugares de reproducción, querencia que va más allá incluso del cambio generacional. Ello puede ser debido a diversos factores, como condiciones físicas del medio propicias para instalar su nido o madriguera, presencia cercana de alimento, tranquilidad, etc. Así pueden pasar incuso décadas y determinado campanario seguirá siendo utilizado por una pareja de lechuza común Tyto alba para sacar adelante a sus polluelos o cierto roquedo por otra de halcón peregrino Falco peregrinus. No importa que la pareja inicial llegue al final de su vida, cuando un miembro muere será sustituido por otro, pero el territorio seguirá ocupado si las condiciones óptimas se mantienen.

Lo mismo ocurre en el caso del picamaderos negro Dryocopus martius cuyos lugares de cría, con unas características bastante determinadas por lo general, pueden ser utilizados año tras año. Esta mañana en el Parque Natural Saja-Besaya, pude comprobar como un territorio de cría de la especie que estudié hace 15 años, permanece ocupado todo este tiempo después. En el valle de al lado, emitía reclamo de celo un ejemplar donde ya lo escuchaba 18 años atrás. En estos tiempos de cambios vertiginosos da gusto observar como algunas cosas, afortunadamente, no cambian.



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