El día 31 de julio madrugo y salgo del camarote a las 6h, todo indica que va a ser un día importante en cuanto a observaciones. Entramos en la banquisa, navegando hacia el Norte por el Este de la isla de Nordaustlandet. El cielo está cubierto y nieva débilmente, aunque a lo largo de la mañana despeja.
Vemos algunos ejemplares de foca groenlandesa Pagophilus groenlandicus y foca anillada Pusa hispida en las escasas zonas libres de hielo, antes de adentrarnos definitivamente en el mar helado.
Foca groenlandesa Pagophilus groenlandicus
Foca anillada Pusa hispida
Entre las aves fulmar boreal Fulmarus glacialis, gavión hiperbóreo Larus hyperboreus y gaviota tridáctila Rissa tridactyla son los únicos protagonistas, siguiendo el barco a medida que rompe el hielo.
No tardan en aparecer dos ejemplares de gaviota marfil Pagophila eburnea que van siguiendo al barco y emitiendo su característico reclamo.
Entra en escena el págalo rabero Stercorarius longicaudus, primero un individuo y después dos, que atacan a una de las gaviotas marfil y a las gaviotas tridáctilas.
Pasadas las 9:10h localizamos un oso polar Ursus maritimus avanzando por el hielo, de cacería. Va al acecho de las focas anilladas. Se detiene, prospecta el terreno, escucha, echa una carrera, para terminar agazapándose sobre el hielo y permanecer inmóvil, esperando que alguna foca descuidada se ponga a su alcance.
Una carrera parece indicar que ha localizado alguna presa, pero falsa alarma. Se detiene y finalmente se acuesta sobre el hielo a descansar. Le dejamos atrás a las 10:45 h.
Un págalo pomarino Stercorarius pomarinus pasa volando frente a la proa del barco. Al igual que el págalo rabero, es una especie que no cría en Svalbard, al menos de manera regular.
El barco se detiene mientras comemos para no perder así ninguna observación. Tras la comida continuamos la marcha hasta un punto en el que el grosor del hielo parece que va a impedir el avance del barco. Un nuevo págalo rabero hace acto de presencia.
Completa el panorama ornitológico en este sector los frecuentes fulmar boreal y gaviota tridáctila, gaviota marfil, gavión hiperbóreo y algún despistado arao aliblanco y arao de Brünnich, además de otro ejemplar de págalo pomarino.
Localizamos simultáneamente tres ejemplares de oso polar por separado, uno a babor, otro en proa y otro más a estribor, aunque todos ellos están lejos. Parecen venir andando hacia el barco, pero finalmente todos tarde o temprano se acuestan a descansar en el hielo. Esperamos unas horas para ver si alguno de ellos se acerca, pero no parecen estar por labor.
Al final el barco consigue avanzar un poco más y nos aproximamos al individuo que está en proa. El barco se detiene y el ejemplar, una hembra, se despierta de la siesta, se despereza y con curiosidad se aproxima lentamente hacia nuestra ubicación. Cojo posición en la proa para poder fotografiarle y comienza el espectáculo.
Lentamente se va aproximando al barco.
Hasta tener su cara a menos de 10 m de mi cara.
Se pasea, bosteza, bebe agua...
Para finalmente y después de 35 minutos de observación, alejarse y perderse en el mar helado.
A continuación un vídeo del ejemplar.
Un momento mágico en un lugar mágico, seguramente la mayor experiencia naturalista en los más de 20 años que llevo observando fauna.
Recordaros que el próximo 20 de septiembre, dentro de los actos del VIII Festival de la Migración de las Aves tendrá lugar una charla-proyección sobre este viaje a Svalbard.
Magnífico documento que no hace si no compartir la experiencia con nosotros. ¡Gracias y hasta pronto!
ResponderEliminarBellísimas fotografías y vídeo. Muchas gracias por compartirlas con todos los que nunca recorreremos esos lugares.
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