Hoy por motivos de trabajo anduve casi toda la jornada por terrenos de los municipios de Luena y San Pedro del Romeral, en la zona de influencia de la cultura pasiega y por los terrenos adyacentes del Norte de Burgos.
En décadas pasadas esta comarca de la Montaña Oriental de Cantabria era bastante pobre desde el punto de vista faunístico, comparándola con la zona centro-occidental de la región. La menor extensión de su superfice forestal y la presión antrópica hacían que las grandes especies de vertebrados estuvieran ausentes o fueran muy raras. En los últimos años esto ha ido cambiando, Corzos y Jabalíes han aumentado su población, el Rebeco cantábrico ha llegado de la mano del hombre y el Lobo ibérico se deja sentir de vez en cuando, incluso con grupos reproductores.
Me ha sorprendido la alta densidad que presenta el Corzo Capreolus capreolus en dicho rincón del oriente de la Cordillera Cantábrica. Así, he contabilizado un total de 41 ejemplares, con entre 1 y 6 ejemplares por grupo. De ellos 20 fueron observados en terrenos de Cantabria y 21 en Burgos. Es la cifra más alta que he cuantificado nunca para esta especie, en mis salidas al campo desde hace 20 años.
Aunque el Corzo ha aumentado su distribución y población por toda Cantabria, en la zona de media y alta montaña del centro-occidente no alcanza estas densidades a pesar de ser frecuente, debido a la alta densidad allí de otro herbívoro con el que compite, el Ciervo rojo.
Esta alta densidad de Corzos, atrae a su principal depredador natural, el Lobo ibérico, del que también pude detectar un rastro en la zona, un excremento en la vertiente cántabra, compuesto no obstante por restos de Jabalí.
Por lo demás, una concentración de 124 Buitres leonados Gyps fulvus posados en un prado a primera hora de la mañana, varios Milanos reales Milvus milvus y un bando de 16 Piquituertos comunes Loxia curvirostra, además de rastros de Zorro, Marta y Tejón.
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